Director: Fred Zinneman
Guion: Carl Foreman
Intérpretes:
- Gary Cooper: Will Kane
- Grace Kelly: Amy Fowler
- Thomas Mitchell: Jonas Henderson
- Lloyd Bridges: Harvey Pell
- Katy Jurado: Helen Ramírez
- Lee Van Cleef: Jack Colby
- Ian McDonald: Frank Miller
Música: Dimitri Tiomkin
Productora: Stanley Kramer Productions
País: Estados Unidos
Por: Xavi J. Prunera. Nota: 9
Will Kane, a Amy: "Cariño, he estado pensando… me están haciendo huir. Yo jamás he huido de nadie"
Si existe un solo western que me retrotrae automáticamente a la niñez cada vez que lo veo o pienso en él ése es, sin lugar a dudas, “Solo ante el peligro”. Naturalmente, no es el único.
De mi infancia recuerdo con bastante claridad “La diligencia”, “Raíces profundas”, “Río Bravo” o “Veracruz”, por ejemplo. Pero ninguno de ellos me marcó tanto, en aquellos entonces, como "Solo ante el peligro."
Ya de adulto, obviamente, la he visto más veces. Y en todas esas ocasiones he podido prestar mayor atención a muchos otros detalles y a indagar un poquito más en la coyuntura o situación sociopolítica que vivió Estados Unidos durante esa época.
Concretamente, entre finales de los 40 y principios de los 50. Me estoy refiriendo, como podréis suponer, al macarthysmo. A la ‘caza de brujas’, vaya. Precisamente por ello el trabajo de Carl Foreman —guionista de la peli y exmilitante comunista— fue inspeccionado con lupa y precisamente por ello el Comité de Actividades Antiamericanas puso el grito en el cielo cuando, en pleno rodaje, se enteraron de qué iba el guión y se vieron reflejados en él. Huelga decir que Foreman fue llamado a declarar y que tras ser interrogado, presionado y amenazado por parte del comité, no volvió a trabajar nunca en los Estados Unidos.
Ya en el exilio, ganó el Oscar al mejor guión adaptado por “El puente sobre el río Kwai” (1957), de David Lean, pero cabe decir también que jamás pudo ir a recogerlo.
Y aunque poco más se podría añadir a un western cuyo gran fundamento es esa clara y meridiana metáfora de la ‘caza de brujas’ macarthyana (Gary Cooper encarna en esta peli a Will Kane, un sheriff que espera —solo y abandonado por todos— la llegada a Hadleyville de un exconvicto, Frank Miller (Ian McDonald), que él mismo había mandado a presidio y que regresa, cinco años después, dispuesto a matarle) no quisiera terminar esta reseña sin incidir en otros aspectos que considero —si bien no tan mediáticos— sí, al menos, dignos de mención.
Empezaré por el aspecto formal. Y es que, aunque “Solo ante el peligro” es una peli narrada y rodada según los cánones del clasicismo cinematográfico más puro y duro, también cabe mencionar todos esos detalles que la hacen única y especial. Así, a la austera y tradicional fotografía en blanco y negro de Floyd Crosby, Zinneman le añade un buen puñado de recursos narrativos muy pero que muy interesantes.
Desde esa precisa sincronización entre el tiempo real y dramático que nos muestran y nos enfatizan insistentemente esos omnipresentes relojes que aparecen por doquier hasta todo ese amplio repertorio de planos a cuál mejor (con mención especial a esa grúa que, en un momento dado, se eleva a las espaldas de Kane para hacerle ver tan frágil como insignificante) que convierten a este western, a mi juicio y paradójicamente, en uno de los mejores thriller de la historia del cine.
Otro de los puntos fuertes de “Solo ante el peligro” es, obviamente, su protagonista: Will Kane. Un hombre, a priori, recto, íntegro y valeroso. Pero también —y aunque parezca contradictorio— temeroso, dubitativo y angustiado.
Y es que la gran virtud de “Solo ante el peligro” es, a mi juicio, equilibrar a la perfección dos conceptos tan antagónicos como el miedo y el valor. Ese equilibrio —junto a la velada o no tan velada crítica al macarthysmo y a esa tensa e inacabable espera— son, por lo tanto y desde mi punto de vista, los tres grandes ejes de este mítico y enorme western.
TRAILER: