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jueves, 18 de enero de 2018

CERCO DE FUEGO

(Rocky Mountain, 1950)

Dirección: William Kieghley
Guion: Winston Miller y Alan LeMay

Reparto:
- Errol Flynn: Captain Lafe Barstow
- Patrice Wymore: Johanna Carter
- Scott Forbes: Lt. Rickey
- Guinn “Big Boy” Williams: Pap Dennison
- Dickie Jones: Jim Wheat
- Howard Petrie: Cole Smith
- Slim Pickens: Plank
- Chuby Johnson: Gil Craigie
- Yakima Cannut: Trooper Ryan
  
Música: Max Steiner
Productora: Warner Bross (USA)

Por Jesús Cendón. NOTA: 7

"Estáis intentando formar un ejército, pero no tenéis tiempo de reagrupar un pelotón” (Cole Smith al capitán Barstow) 

“Cerco de fuego” fue el último wéstern de Errol Flynn y constituye una rareza respecto a la mayoría de los filmes de este género protagonizados por el actor en el seno de la Warner Bross. Así películas como “Dodge ciudad sin ley” (Michael Curtiz, 1939), “San Antonio” (David Butler, 1945) o “Montana” (Ray Enright, 1950) son producciones con un sello propio fácilmente reconocible caracterizadas por su tono vitalista, por su gran presupuesto, por la utilización del Technicolor y por la importancia de los espacios urbanos.



Sin embargo con “Cerco de fuego”, gracias a un sólido guion de Winston Miller (“Pasión de los fuertes”) y Alan LeMay (autor de las novelas “Centauros del desierto” y “Los que no perdonan”), nos encontramos con un wéstern de tono sombrío acentuado por la excelente fotografía en blanco y negro de Ted McCord; además de haber sido rodado en exteriores en su totalidad y de contar con un escaso presupuesto.



La dirección fue encomendada a William Kieghley, hombre de confianza de la productora, tan correcto como impersonal, y con una extensa filmografía en la que destacan títulos como “Balas o votos” (1936), “Robín de los bosques” (1938) en la que fue sustituido por Michael Curtiz, “Muero cada amanecer” (1939), “La calle sin nombre” (1948) una de sus mejores películas curiosamente realizada para la Twentieth Century Fox, o “El señor de Ballantry” que le volvió a reunir con Flynn.

En esta ocasión filmó un wéstern al más puro estilo de Raoul Walsh (en nómina en la Warner Bross desde 1939 a 1953) en el que confluyen dos de las características de su cine: la pasión por la aventura y el gusto por la tragedia.



ARGUMENTO: Un mes antes de acabar la Guerra de Secesión el capitán Lafe Barstow, al mando de un pelotón de siete hombres,  recibe la orden de internarse en territorio enemigo e intentar reclutar un ejército en California. La misión se complicará tras salvar de un ataque indio al conductor de la diligencia y a una mujer, Johanna Carter, novia de un teniente yanqui al que posteriormente apresarán junto a tres de sus hombres y a otros tres guías indios.



La película cuenta con un prólogo desarrollado en época actual en el que a través de una placa conmemorativa se pone en antecedentes al espectador de los acontecimientos narrados en el filme. Ya desde ese mismo instante el director parece prevenirnos de que vamos a asistir a la historia de un fracaso, máxime teniendo en cuenta que los acontecimientos narrados, el intento desesperado del Sur por crear un ejército en la retaguardia de las fuerzas de la Unión con el objetivo de retrasar el fin de la guerra, tuvieron lugar en marzo de 1865 y la paz se firmó en abril de ese mismo año.



Sensación de fracaso acentuada en la siguiente escena en la que la voz en off del capitán Barstow afirma: “Nuestra misión era imposible pero debíamos seguir adelante. Sabíamos que estábamos viviendo los últimos días de nuestra causa”.



Así, desde el primer momento, el filme adquiere un tono pesimista y melancólico al presentarnos a un grupo de individuos embarcados en una misión imposible. Además, a lo largo de la película los protagonistas encontrarán obstáculos que entorpecerán aún más el cumplimiento de sus objetivos, acentuando el carácter fatalista de la historia. Son, en definitiva, personajes que se verán arrastrados por una serie de acontecimientos concatenados, debiendo el grupo ir improvisando sus decisiones, hasta llegar al dramático desenlace, una vez conocido el fracaso de su misión, en el que, atrapados en las montañas por los indios shoshones y el ejército de la Unión que ha sido alertado por el prometido de Johanna, decidirán servir de señuelo con una maniobra de distracción para facilitar la huida de sus rehenes.



Película reflexiva, se desarrolla durante tres días y dos noches con las montañas como escenario, consiguiendo el director, a pesar de estar rodada en espacios naturales, una atmósfera opresiva.



En ese período iremos conociendo a los distintos miembros del grupo de entre los que destaca, lógicamente, el capitán Barstow en una inusual y gran interpretación del actor australiano alejada del vitalismo y dinamismo acostumbrados y de su eterna sonrisa. Aquí nos ofrece un registro más grave que, junto a su aspecto algo avejentado por los excesos cometidos con el alcohol y las drogas, se adecúa a su personaje, un hombre de honor desengañado y maltratado emocionalmente por la guerra al haber perdido a su mujer; pero empeñado en cumplir su misión a pesar de saber la inutilidad de esta y capaz de llevar a cabo un último acto heroico.



“Cerco de fuego” es, por tanto, un wéstern maduro, amargo y complejo, con escenas inolvidables como la correspondiente a la carga suicida final o la relativa al homenaje que el escuadrón de la Unión rinde a este puñado de valientes; además de suponer la más que digna despedida de este género de un actor mítico: Errol Flynn.



Como anécdota comentaros que durante el rodaje Errol Flynn y Patrice Wymore se enamoraron y contrajeron matrimonio pocos meses después en Mónaco. El matrimonio duró hasta la muerte del actor en 1959.