(Run for cover) - 1955
Director: Nicholas Ray
Guion: Winston Miller. Basado en la obra de Harriet Frank Jr. e Irving Ravetch
Intérpretes:
- James Cagney: Matt Dow
- Viveca Lindfords: Helga Swenson
- John Derek: Davey Bishop
- Jean Hersholt: Mr. Swenson
- Grant Withers: Gentry
- Jack Lambert: Larsen
- Ernest Borgnine: Morgan
- Ray Teal: Sheriff
Música: Howard Jackson
Productora: Paramount Pictures
País: Estados Unidos
Por: Xavi J. Prunera. Nota: 7’5
“En nuestro país los hijos no decían ‘no te preocupes’ cuando los padres ordenaban algo” (Mr. Swenson) “Por eso me gusta América” (Helga Swenson)”
SINOPSIS: Matt Dow, un expresidiario que viene de cumplir 6 años de cárcel, es confundido por un peligroso atracador. Durante el tiroteo, un joven al que acaba de conocer (Davey Bishop), cae gravemente herido. Acogido por la comunidad que lo ataca por error, Dow acaba haciéndose respetar en el pueblo, convirtiéndose en su sheriff y prometiéndose con una preciosa chica. Sin embargo, los problemas con su amargado “hijo adoptivo” (Bishop) no harán más que empezar.
“Busca tu refugio” es una de esas pequeñas joyas del western que apenas nadie conoce y que, sin ser ningún peliculón, merece —a mi juicio— una justa, necesaria y proporcionada reivindicación. Espero, sinceramente, que mi reseña contribuya a ello.
Estamos, por de pronto, ante un western de Nicholas Ray. El autor —entre otros— de títulos tan míticos como “En un lugar solitario”, “Rebelde sin causa” o “Johnny Guitar”. Un dato que, sin lugar a dudas, ya nos ofrece —de entrada— cierta garantía de calidad y, sobre todo, de sello autoral. No en vano, Nicholas Ray fue un cineasta con una estética y una temática muy personales y eso podemos constatarlo no tan sólo en sus películas más conocidas sino también en films más modestos como el que hoy nos ocupa.
Así pues, desde un punto de vista puramente estético o formal, cabe mencionar el empleo, en esta peli, de VistaVision, un procedimiento de impresión fotográfica que proporcionaba una gran nitidez de imagen. Y eso, unido a la habitual solvencia de Ray tras las cámaras y los impresionantes exteriores que luce “Busca tu refugio” (recordemos que parte de ella se rodó en el Parque Nacional Azteca de Nuevo Mexico) hacen de esta peli un western con un acabado visual francamente extraordinario.
Pero si algo distingue a las películas de Ray ese algo es, sin lugar a dudas, su aspecto temático. Y es que aunque “Busca tu refugio” es una peli que no se aparta ni un milímetro de lo que viene a ser la narrativa clásica tradicional (con su ritmo, su orden y su causalidad), los temas en los que ahonda Ray en este western son muy personales y, por consiguiente, muy habituales en sus películas. Así, Matt Dow (James Cagney), el protagonista, es (como Vienna o Johnny Guitar en “Johnny Guitar”) un héroe veterano, desarraigado y con un oscuro pasado que pesa sobre sus espaldas como una verdadera losa, mientras que Davey Bishop (John Derek), su compañero, también es un joven sin familia cuya lesión, rebeldía (por ahí aparece la inevitable comparación con el Jim Stark de “Rebelde sin causa”) y complejidad psicológica lo convierten —a su vez— en un chico solitario, ambiguo y amargado.
A partir de estos dos ejes, Nicholas Ray lo que hará será tejer una singular relación paternofilial. Una relación que, como es natural, nace a causa del hijo perdido de Dow y del padre que Davey (huérfano desde niño) nunca conoció. Sin embargo, esa relación nunca acabará de funcionar. Y no acabará de funcionar porque, por mucho empeño que Dow le eche para convertirse en un buen padre, por mucho que proteja a su “ahijado” y le conceda múltiples oportunidades para trabajar, integrarse en la sociedad, enmendar sus errores y construir una relación de confianza mutua, Davey decepcionará a su “padre adoptivo” —inexorablemente— una vez tras otra. Una terrible y despiadada frustración que le otorga a este western una pátina de tristeza, desencanto y fatalidad muy a tener en cuenta y que nos remite a la siguiente (y desoladora) moraleja o conclusión: el que es malo por naturaleza difícilmente dejará de serlo por muchas oportunidades que se le den.
Afortunadamente, “Busca tu refugio” también tiene buenos momentos. Y entre ellos cabe destacar la algo cándida historia de amor entre Matt y Helga y las pinceladas de comicidad (pocas pero destacables) que Ray decide imprimir al, por otro lado, duro y electrizante James Cagney. Un actor que, pese a no ser un habitual del género (lo suyo, sin lugar a dudas, eran las pelis de gángsters), borda su papel. John Derek y Viveca Lindfords, por su parte, están simplemente correctos.
En fin, que estamos ante un western muy entretenido que no decae en ningún momento y que, pese a no ser la octava maravilla del género, cuenta con buenos diálogos, persecuciones, encuentros con los indios, robos, linchamientos, puñetazos, trifulcas en el saloon y tormentas de arena. Si a ello le añadimos que, como ya hemos comentado, también se halla muy presente en él el inconfundible sello Nicholas Ray mi pregunta es: ¿Qué más se le puede pedir a un western? Que lo disfrutéis.